Cuando rezamos el Padre Nuestro, decimos “ Venga a nosotros tu reino” y creo que no reflexionamos lo que estamos pidiendo ,porque lo repetimos de memoria, sin entender a plenitud lo que significa el Reino de Dios.
Probablemente no lo entendemos completamente , porque esta oración la aprendimos desde nuestra infancia y a esa edad, creo que en términos generales lo interpretamos como una solicitud a Dios, para nos ayude más a resolver nuestros problemas personales y también , le pedimos que intervenga directamente en el mundo, para la solución de los grandes problemas nacionales y mundiales.
Posteriormente ya cuando tomamos conciencia de la muerte, es posible que le estemos manifestando nuestra disposición a morir, cuando Él lo estime conveniente, con la confianza en la vida después de la muerte y de poder disfrutar de su gloria.
Pero ya de adulto mayor y tratando de madurar mi Fe, he intentado conocer un poco mejor lo que debiera de significar “ Venga a nosotros tu reino”
Según varios Teólogos que he tenido lo suerte de poder leer, Jesús comunicó lo que significa y representa el Reino, no sólo con sus palabras, sino además con su vida entera y nunca explicó conceptualmente su significado ; pero los teólogos también nos dicen, que durante su vida Jesús predico la Buena Nueva, que fué acogida por los pobres y rechazada por los poderosos: Situación que se explica porque los pobres inmediatamente entendieron el significado del Reino y se alegraron al tener el conocimiento y la confianza, de que aunque después de morir podrían perfectamente y de manera preferente, gozar de la gloria y la resureción ; durante su vida, Jesús les invitaba a disfrutar el valor de la vida , en su situación concreta ; además los liberaba de la enfermedad, (recordando que la enfermedad se consideraba una realidad irremediable a consecuencia de vivir una vida indigna y/o pagar los pecados cometidos por sus ancestros) , además les reconocía su dignidad y honor y les liberaba del cumplimiento inhumano e injusto de la ley judía ( interpretada y aplicada por los sacerdotes) . En cambio a los poderosos no les gustaba lo que Jesús explicaba con parábolas y el ejemplo que daba con el testimonio de su vida, porque además de discrepar con sobre lo que consideraban debían ser los reinados, de manera lógica , perjudicaba enormemente su poder.
Subrayo la importancia del testimonio de su vida, porque ello nos obliga a concluir, que Jesús no solamente consideraba importante el entender el significado del Reino, sino sobre todo el vivirlo y si recordamos muchas de sus parábolas, podemos asegurar, que necesariamente implican no solamente nuestra manera de pensar y actuar , en el presente, sino también nuestra vida personal en la familia y en la sociedad .
Concluyo que cuando rezo el Padre Nuestro, le estoy pidiendo a Dios, no solamente mi salvación a futuro ( cuando muera ), sino que debo estar conciente que le estoy solicitando gracia , fortaleza y alegría, para vivir aquí y ahora, una vida plena , en la que trate de conducirme siempre con amor y respeto a la vida de todos ( en todas sus acepciones ) , promoviendo que seamos más solidarios y subsidiarios con los demás, lo cual estoy seguro me ofrecerá mayor felicidad
refle.blog 
Estoy completamente de acuerdo! Venga a nosotros tu reino, pero todavía no! Creo que nos resistimos a la idea de que el reino de Dios ya esta aquí. Que nosotros como Cristianos hemos sido llamados a vivir en este reino de Dios que existe en nuestro presente. Al momento de tomar conciencia de que el vivir el reino de Dios requiere de fuertes cambios en nuestra vida, se nos hace mas fácil pensar que el reino de Dios vendrá después. Como usted dice en su reflexion, el vivir una vida plena requiere de fortaleza y gracia, y ahi entra la importancia de la espiritualidad en nuestra vida diaria. De que manera vamos nosotros a definir nuestra relación con Dios para poder lograr una verdadera transformación en nuestra vida y en el mundo entero? Nuestra espiritualidad nos lleva a poder disfrutar del reino de Dios en nuestras vidas hoy y nos pinta un bello panorama del reino de Dios que nos espera.
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Gracias por la reflexión y agradezco lo amarrada que está de la oración que Jesús nos enseñó (al menos en la versión de Mateo 5) durante su sermón de la montaña cuando nos dio las bienaventuranzas. San Agustín pensaba que Jesús nos enseñó el Padre Nuestro porque contiene siete peticiones–incluyendo la relacionada a la venida del reino de Dios–que piden al Padre siete dones que dan a los discípulos de Jesús la gracia que necesitamos para vivir conforme a las bienaventuranzas. Sin la ayuda del Espíritu Santo, sin sus dones, las bienaventuranzas son imposibles.
En el caso de la petición del reino de Dios, San Agustín piensa que uno pide el don de la piedad para poder vivir conforme a esta bienaventuranza: “Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.” El don de la piedad da a uno la gracia de estar abierto a la voluntad del Padre. Esa apertura, como la apertura que los niños más pequeños tienen a seguir la voluntad de sus padres porque tienen confianza en ellos, es dura para un adulto–pero más para un adulto que es poderoso, pues el poderoso está acostumbrado a que su propia voluntad se haga. Puede ser aún más difícil para el poderoso si uno piensa que el reino de Dios implica vivir todas nuestras relaciones de tal manera que den testimonio de la relación que Jesús comparte con su Padre en el Espíritu Santo; relaciones que intenten ser tan vivificadoras (aún si de manera imperfecta) como las que goza la Santísima Trinidad en Sí misma. Esa es una tarea muy difícil, y sin embargo, muchos pensamos que es la tarea que todo bautizado se compromete a intentar cumplir–siempre pidiendo al Padre, con confianza y humildad, el pan y la gracia necesaria para ese día. Una vez más, ¡gracias por la reflexión!.
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