Es de mi conocimiento que en nuestro país existen alrededor de 50 millones de personas en pobreza ( 41.9 % de la población ) y aproximadamente 9 millones de ellos en pobreza extrema ( 7.4 % de la población ) y aunque creo que tristemente nos estamos acostumbrando a verlo como algo natural o normal y quisiéramos ignorarlo, haciéndonos a la idea de que no existen o son transparentes ( Aporofobia ) confieso, que mi conciencia me cuestiona.
Lo que me lleva a preguntarme ¿ Qué es la pobreza ? ¿ Qué es la pobreza extrema ? ¿ Cuáles son sus causas? ¿ Qué consecuencias tienen ? ¿ Se puede eliminar o disminuir ? ¿ Qué posturas políticas, económicas y religiosas se presentan? ¿ quiénes son los responsables ? y otras más, que tengo que tratar de responder e intuyo que debo de aclarar cuáles serian mis responsabilidades y obligaciones al respecto.
La ONU define Pobreza como “la condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información.
Y en forma genérica se considera la pobreza extrema, la pobreza absoluta ( indigencia, miseria , penuria ) como aquella que tiene tres o más carencias del listado anterior ( alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información )
Cuando empiezo a considerar cuáles son sus principales causas, inmediatamente me percato que se trata de un grave y complejo problema, no privativo de nuestro país, ni propio de nuestro tiempo; que tiene muchas causas, inclusive difíciles de jerarquizar, por lo que por el momento me conformo con señalar para nuestro caso y en el presente, solamente las más claras y relevantes : la corrupción, la inseguridad, el mal gobierno, la mala educación escolar, la falta de empleos bien remunerados ,la economía informal, la mala distribución de la riqueza y el insuficiente crecimiento económico.
Como principales consecuencias creo que para los mismos pobres , el resignarse a aceptar que están en un circulo vicioso, porque no pueden dejar de ser pobres, precisamente por ser pobres ( no tienen oportunidades ante un medio injusto e inhumano ). Y para el resto de nuestra sociedad ( 58.1 % de la población ) que debiéramos sentir un malestar por convivir tranquilamente con este grave problema, no nos sorprendamos que no mejore la inseguridad y corrupción, que no podamos crecer económicamente como país, que pongamos en peligro nuestras instituciones y sistemas de gobierno, que podamos tener problemas generales de salud social e inclusive intranquilidad social.
En relación a la posibilidad de eliminar o disminuir la pobreza, creo tristemente que la historia nos dice que es imposible anularla ( guerras, desastres naturales, explotación, sistemas injustos, etc. ). Pero también la historia contemporánea nos da ejemplos de experiencias exitosas en varios países ( nórdicos y asiáticos ) y vemos que la mayoría de los políticos y gobernantes siempre prometen erradicar la pobreza extrema y disminuir la mala distribución de la riqueza ; concretamente en nuestra patria , vemos que durante los últimos 10 años, el número de personas en situación de pobreza extrema disminuyó sólo en tres millones ( de 12.3 millones a 9.3 millones ) pero que los pobres del país aumentaron en 2.9 millones ( casi la misma cantidad ) y como he comentado en varios blogs anteriores, pienso que AMLO y Morena, aún cuando dicen que estas metas son varios de sus grandes objetivos y promesas, creo que no lo lograran . Ojalá que no caminemos como los cangrejos.
Por lo que respecta a las posturas políticas vemos que antiguamente se consideraba que su combate correspondía básicamente a los particulares y la sociedad, pero que a consecuencia de ideas de la época de la ilustración, de independencias, de cambios de formas de gobierno ( democracia ),de movimientos demográficos ( población urbana vs población rural ), de la revolución industrial y de la promulgación de los derechos humanos universales, se cambió la manera de pensar, para exigirles a las autoridades que ellos afrontaran estos problemas sociales.
En relación a los criterios económicos , que directa o indirectamente dicen disminuir la pobreza y mejorar la distribución de la riqueza, creo que no existen consensos : a manera de ejemplo vemos las grandes diferencias en las políticas al respecto: en los Estados Unidos de America entre el parido Demócrata ( Estado de Bienestar, con modelo similar al modelo Social-Demócrata ) y el partido Republicano ( Liberalismo de Mercado – Capitalismo Clásico ) y por lo que respecta a los economistas y pensadores Europeos y de varios países Asiáticos y Latinos, pienso que tampoco hay unidad de criterios porque vemos por un lado que se piensa que es necesario y conveniente hacer cambios al sistema capitalista y a la democracia y por otro lado, señalando el fracasó del socialismo, el comunismo y el populismo, se afirma que la única solución real es el modelo capitalista bien implementado, sin tanta participación gubernamental.
Por lo que respecta a la postura de las diversas religiones , creo que todas terminan aceptando la pobreza como algo natural, pero también creo que atienden y tratan de evitar la pobreza extrema ; específicamente en relación a la Iglesia Católica a través de diversas estructuras e institutos, se dedica con gran esfuerzo y eficiencia a atender a los pobres ( Caritas y muchas ordenes religiosas ) y también, creo que en la catequesis que nos ofrecen a los laicos, nos tratan de formar sobre estos temas.
Reflexionando sobre las causas de la pobreza trato de contestarme ¿ quienes son los culpables de este terrible problema ? Y mi respuesta inmediata es – todos somos culpables – aunque de manera lógica, con muy distintos grados de culpabilidad. Recuerdo el proverbio que dice “ tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata” e inmediatamente le aviento la mayor responsabilidad al gobierno, después al sector empresarial y sindicatos, y así me puedo ir para también incluir a las iglesias, escuelas y muchas otras organizaciones y estructuras sociales, con lo cual me resulta fácil, considerar que yo tengo poca responsabilidad y que también poco puedo hacer al respecto.
Pero no quiero engañarme y creo que debo además de exigir que los demás hagan lo que les corresponde, yo también tengo que hacer lo mío, porque todos somos corresponsables y su solución depende también de todos.
En próximos blogs les comparto mis reflexiones al respecto.