IMBRICACION ANTE LA REALIDAD Y LAS EXPECTATIVAS.

Durante los últimos doce meses ( de marzo del 2020 a febrero del 2021 ) hemos vivido en un mundo que nunca habíamos imaginado, en donde además se agravaron problemas que ya veníamos padeciendo.

Con la aparición del Coronavirus y su transformación en una pandemia mundial, fuimos testigos de la muerte de cientos de miles de personas y ante el confinamiento recomendado para su control y terminación, sufrimos severas consecuencias económicas y sociales, en todos los confines de la tierra, con diferentes grados de intensidad o gravedad en función de los aciertos y los errores de los lideres políticos que gobernaban cada país.

En igual forma, durante los últimos tres meses, tambien fuimos testigos del extraordinario avance de la medicina, con el descubrimiento, fabricación y distribución de varias vacunas, así mismo, pudimos ver un extraordinario desarrollo tecnológico en materia de comunicaciones y aplicaciones digitales pertinentes, como por ejemplo el zoom, los termometros digitales y los oxímetros.

En nuestro caso en concreto, tristemente vimos que además de la lamentable muerte de miles de personas ( en muchos casos muy cercanas ), tambien por razón del confinamiento el cierre de muchas fuentes de trabajo, con graves consecuencias en el nivel de empleo, el crecimiento de la pobreza lacerante, mayores problemas de salud ( por la concentración hospitalaria en el covid y la desatención de otras graves enfermedades ), el cierre de templos, la cancelación de clases presenciales en las escuelas,el cierre de la frontera con USA, etc,etc.

También vimos como diversos negocios y/o actividades se vieron beneficiadas por el incremento substancial en ventas ( entregas a domicilio, trabajos de mantenimiento, suministros de productos necesarios ) y recientemente percibimos un ánimo de esperanza por la probable aplicación de la vacuna.

Pero en razón de todo lo anterior e independientemente de la triste realidad de que a todos nos pegó la tormenta, aún cuando con muy diversos grados de afectación, en razón de nuestras fortalezas y debilidades previas, así como la calidad de medidas que toman nuestros gobiernos y lideres, me atrevo a asegurar que existe un consenso de que no vamos a poder regresar a la normalidad anterior.

Vemos a nivel mundial grandes acciones para atender inicialmente los problemas de salud y economía, pero tambien se reconocen y se pretenden atender graves problemas sociales y ambientales, a manera de ejemplo vemos que se esta promoviendo la unidad vs la polarización, la producción de energías con recursos renovables ( eólica y solar ) , se están reanudando acciones solidarias, enfatizando el bien común, la libertad y la democracia.

Todo esto lo entiendo y acepto, pero no me quita la preocupación de pensar ¿ cómo me afecta a mi y a los míos, en forma mediata? ¿ qué puedo y debo hacer aquí y ahora ? Consciente de que tengo la mejores intenciones y deseos, pero me siento un poco triste y frustrado porque veo que aparentemente lo que haga no va a trascender y con el afán de no lamentar lo que sucede, me obligo a hacer algo, aunque aparentemente no sea importante.

Y tratando de buscar pistas para no preocuparme, sino ocuparme , leo libros y revistas, y veo programas de análisis, concluyendo que podemos estar cayendo una peligrosa trampa conceptual al pensar que los problemas graves tienen soluciones sencillas e inmediatas, cuando precisamente son problemas graves que se han formado y desarrollado con el transcurso de muchos años, por lo que no es suficiente cuestionarnos que cosa deben hacer primero ( otras personas y en singular , una acción ), sino pensar que cosas debemos y tenemos que hacer ( varias acciones simultáneas , incluyendo lo que yo tengo y puedo hacer ), para abatir los problemas y poco a poco irlos resolviendo.

Todo esto con el ejemplo de la imbricacion en las palmas de las palapas y las tejas en los techos de las casas, o dicho en otra forma, es más valioso que muchos hagamos poco a que pocos hagan mucho.

A manera de ejemplo y en relacion a mi postura política manifestada en mi pasado blog, en donde termino por la opción del mal menor o la sopa menos amarga, subrayo no es la solución a nuestros problemas políticos en donde no debemos de optar por votar en contra de algo, sino a favor de algo, aceptando la realidad ; no debo de limitarme a cumplir una obligación cívica con el simple sufragio de mi voto.

Ojalá que durante las próximas campañas políticas podamos aceptar la existencia de severos problemas que nos aquejan, pero enfaticemos nuestro desacuerdo con las formas y los medios como actualmente se quieren resolver, pero no solamente oponiéndonos, sino proponiendo y tratando de implementar mejores acciones enfocadas hacia el bien común.

Probablemente no todos tenemos la misma culpa, pero de hecho, en diversos grados somos corresponsables.

Intentemos ser mejores ciudadanos y hagamos más fuerte a la sociedad civil.

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Autor: Enrique

Hombre mayor (75 años) casado, profesionista y empresario, lector asiduo y por ende bibliófilo. Con interés en seguir aprendiendo

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