Creencias

La mayoría de nosotros durante nuestra niñez nos considerábamos católicos porque fuimos bautizados y nos desarrollamos en ambientes católicos ( familia ) y compartíamos con nuestros amigos y en sociedad esas creencias comunes.

 

Probablemente también hicimos la primera comunión y nos confirmaron, después de un proceso de preparación con un catecismo adecuado para esa edad ;así mismo durante esos años asistíamos a la misa dominical, en donde escuchábamos el evangelio y la homilía del sacerdote.

 

Pero conforme íbamos creciendo, algunos continuaban considerándose católicos practicantes , mientras que la gran mayoría se decía creyente (pero no católico practicante )  y una pequeña minoría se consideraba agnóstico ( no creyente ).

 

Situación que me lleva a preguntarme  ¿ Por qué pasó esto ? y me atrevo a dar una opinión.

 

Aunado a que los medios de comunicación nos están permanentemente informando de delitos y abusos de múltiples ministros religiosos ( de todas las iglesias ) ; de que no vemos en la vida diría un testimonio de congruencia de los católicos y sus ministros, así como la influencia de nuestra cultura global que nos invita a un hedonismo y consumismo, relegando los valores éticos y morales, entronizando el poder y el dinero.

 

Creo sinceramente que la principal causa por la que pasa esto, es que no hemos sabido madurar nuestra fe, e increíblemente esperamos que el trajecito que nos pusieron en la primera comunión, nos siga sirviendo en el proceso de nuestro crecimiento  ( juventud, madurez, matrimonio ) y que no nos estorbe, sino que nos ayude  a enfrentar problemas que se nos presentan en nuestras relaciones familiares , de trabajo, sociales y económicas.

 

Todos los que tengamos buena disposición a promover para nosotros, para nuestros seres queridos y para nuestro prójimo , la alegría de creer y vivir una auténtica y madura fe, creo que estamos obligados a confeccionarnos y hacerle de sastres, para que como adultos vistamos una ropa adecuada a nuestra edad y situación concreta.

 

No nos quedemos con el catecismo de Ripalda, sigámonos formando permanentemente para que la fe , no solamente nos ayude, sino que también nos permita ser felices. La Iglesia no solamente es motivo de escándalos, sino que también tiene un gran tesoro que nos pertenece a todos los que la integramos.

 

Existen una gran cantidad de libros de teólogos, clérigos y pensadores que nos ofrecen sus  puntos de vista sobre los problemas que enfrentamos aquí y  ahora, hay ( aunque a veces lo dudemos ) buena cantidad de sacerdotes , preparados y con buena disposición, a los que les podemos plantear, fuera del confecionario, nuestros problemas éticos y morales.

 

También por internet podemos estar al pendiente de las magnificas homilías y recomendaciones que nos hace el papa Francisco, que constatamos, está tratando de mejorar la Iglesia, exigiendo que seamos más congruentes ente el pensar, creer y actuar.

 

Existe todo un magisterio de la iglesia, que debemos de estudiar y que nos orienta en temas tan variados como lo familiar, lo laboral, la política, la migración, la ecología, la drogadición ,etc, me refiero fundamentalmente  a la Doctrina Social de la iglesia y a las Encíclicas.

 

Para terminar, pienso que no debemos considerar a priori , que nuestra religión no responde a los tiempos actuales y que es la iglesia como institución la que tiene que adaptarse a la modernidad, no considerando que la Iglesia Católica, somos todos los que formamos parte de ella y todos somos corresponsables de sus alegrías y tristezas.

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Autor: Enrique

Hombre mayor (75 años) casado, profesionista y empresario, lector asiduo y por ende bibliófilo. Con interés en seguir aprendiendo

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