
Varias veces mis nietos me han preguntado, ¿ porqué tengo tantos libros ? ¿ cómo y cuándo empecé a leer libros? y con mucho gusto trato de explicarles en la forma más sencilla, esperando poder motivarlos para que a ellos también les guste la lectura.
Les platico que durante la infancia, me limitaba a leer los libros que me exigían en la escuela y de vez en cuando, también leía los comics de Disney, que conseguía con mis amigos ; pero que, un poco después, sobre los 14 o 15 años, cayó en mis manos un libro sin monitos, que se llama » el Periquillo Sarniento» de José Fernández de Lizardi y para mi sorpresa lo leí completo, sin que nadie me presionara o premiara ; pero sobre todo sorprendido de que su lectura me había gustado y pensaba que seria bueno buscar otros libros divertidos.
Posteriormente y después de ya haber leído varios libros, ante los problemas propios de la pubertad, busque y leí » La educación de la Voluntad » de Julio Fayol, libro en el que aprendí varios consejos que me ayudaron a mi autoformación. Probablemente a esta edad fue cuando conocí la existencia de librerías, lugar que siempre que puedo, me encanta visitar.
También en esa edad me percaté e interesé en los periódicos y revistas, medios que me permitían enterarme de lo que estaba pasando en mi ciudad, país y el mundo, pero no solo de noticias alarmantes, sino también de juegos deportivos y eventualmente de pensamientos en sus editoriales.
Así es que para estas alturas del partido, ya había aprendido que hay algunos libros que estamos obligados a leer ( exigencias escolares ), pero que también que había muchos más libros, que su lectura resultaba divertida ( novelas y clásicos literarios ), otros que nos pueden ayudar en nuestra formación ( autoayuda, deportes, religión, política ) y por supuesto una gran variedad de periódicos y revistas.
Les enfatizo a mis nietos que el leer un buen libro, además de resultar divertido, siempre nos permite aprender divirtiéndonos y sin que nos demos cuenta, vamos mejorando nuestro vocabulario, capacidad de entendimiento , comunicación oral y escrita, así como nuestra ortografía.
Ya de viejo descubrí y aprecié los libros y revistas digitales, que me ofrecen la gran ventaja de poder comprar en tiendas digitales, con una gran cantidad de libros disponibles, ( imposible de ofrecer en forma impresa ) , a un menor precio y con la oportunidad de recibirlos por correo en forma casi inmediata.
Termino diciéndoles que el libro en cualquiera de sus presentaciones ( impreso, digital y oral ) e independientemente de como se les clasifique ( ficción, ensayo, letras o ciencia ) es un gran tesoro que debemos apreciar y cuidar. Ofreciéndoles prestarles o regalarles un libro cuando quieran.